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Channel: Comentarios en: PETROAUDIOS EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS
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Por: Luis Enrique

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Señor Godoy:

1. Lo interesante de todo esto es ver cómo los verdaderos autores de todo esto (y gestores también de toda corrupción, porque sin ellos ésta no existe) son los grandes empresarios (y no repitamos por favor ese demasiado manido lugar común de “no todos los empresarios son corruptos”. Ya basta por favor: para que haya corrupción, así como para que exista un matrimonio, tienen que haber dos: el corruptor y el corrupto, o sea, el funcionario y el empresario, el único que puede pagar los suficiente para que se pueda llamar corrupción).

2. Porque la verdadera corrupción (la de alto vuelo, la que perjudica al país y a todos los peruanos) no es la que practican los vendedores ambulantes o los automovilistas: es la que ejercen todas las grandes empresas, nacionales o extranjeras, quienes luchan por la posesión de las riquezas del Perú y del mundo empleando para ello las armas tanto legales como ilegales (cualquier libro de historia nos lo dice).

3. Solo los que no conocen de negocios o nunca han trabajado cerca de ellos (de los grandes) pueden pensar que estos se pueden hacer a base de “licitaciones” o de “concursos transparentes” (por Dios, en el Perú eso no existe). Eso es una inocentada. Las grandes empresas se mueven en la política, tanto en Palacio como en el Congreso (y cuando no pueden allí lo hacen en los cuarteles o en Washington). La guerra entre empresas es una pugna donde todo vale, y en medio de ese conflicto pueden surgir no solo escándalos sino inclusive grandes y sangrientas guerras (la segunda guerra con Chile, la llamada “del Pacífico”, nace de un afán por la exclusiva comercialización del guano por parte de empresas inglesas. Las guerras púnicas son un conflicto empresarial entre empresas romanas y cartaginesas. La Segunda Guerra Mundial entre europeas y norteamericanas por la posesión de las riquezas de las ex colonias).

4. Todo esto viene a colación en el sentido que, tanto aquí como en otras partes, los únicos que nunca van al banquillo ni aparecen en los medios de comunicación son los verdaderos responsables de todo lo que pasa: los grandes empresarios, en este caso concreto de la “guerra de las cementeras” por el dominio del mercado peruano y el de Arizona, las familias León, por parte de México, y Rizo Patrón, por parte del Perú. Ellos son las manos que mueven las fichas del tablero. Los demás no decidimos nada y solo nos limitamos a cumplir sus deseos.

5. ¿Por qué los Rizo Patrón, quienes en sus directorios pueden contratar a BTR y hacer lobbys con decenas de congresistas (corrompiéndolos a todos) no pueden nunca ser acusados y llevados a la justicia por causar tanto daño a la estructura legal y moral de un país? ¿Tienen acaso estos grandes empresarios corona para que ellos nunca sean culpables de nada (siéndolo, pues los políticos son solo sus asalariados)?

6. Sé que a lo que más le temen los periodistas es a los grandes grupos familiares (Graña, Romero, Brescia, Benavides, Rizo Patrón, Rodríguez Pastor, etc. en el caso peruano) por eso jamás los mencionan en sus notas (solo dicen “Cementos Lima” pero nunca ponen “Rizo Patrón”, como si Cementos Lima se dirigiera sola y por sí misma corrompiera sin la participación de sus dueños), pero lo cierto es que allí está la madre del cordero (y de todos los corderos).

7. Yo sé que usted, amigo Godoy, no se jugaría la cabeza tocando el meollo del poder (por si acaso, los Sánchez Paredes no son una familia de poder en el Perú, de modo que no lo tomen como ejemplo de que sí “se meten con los grandes”; todos sabemos quién es quién en “Eisha”) ya que dichas familias están todas emparentadas entre sí pues sus hijos solo se casan entre ellos, como si nuestra sociedad fuera una especie de animales de pedigree que se mezclan para “mejorar la raza” (de ahí salen esas rémoras de aristocracia colonial apellidados Miró Quesada Benavides, Rizo Patrón Picasso, Benavides Graña y todas las combinaciones que se puedan hacer con lápiz y papel. Basta leer la página de sociales para darse cuenta lo pobremente dóciles y encasillados que son sus hijos quienes aceptan matrimonios endogámicos con sus primos de sangre sin poder decir nunca esta boca es mía o “me gusta este cholo o esta chola y me quiero casar con ella”).

8. Me he salido un poco del tema pero en el fondo ese es el problema: estamos santificando y poniendo por encima de Dios y de la ley al empresario, como si de un santo inmaculado se tratase, cual virgen en un altar, cuando en verdad son ellos los que verdaderamente dirigen los hilos de esta comedia llamada humanidad. Ningún político que yo sepa actúa sin la venia y sin la plata de un grupo empresarial, sin embargo todos los insultos y culpabilidades recaen sobre él porque es el autor directo, olvidándonos que, en todo crimen, es igual o más culpable del mismo el autor mediato. ¿Algún día la prensa, el Estado o alguna institución será capaz de llamar las cosas por su nombre? ¿Algún día todos seremos iguales ante la ley como lo somos también ante el water, la muerte y el dolor? Solo el tiempo lo dirá.

Muchas gracias.


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